Jennifer Connelly: fría y distante en las entrevistas, madre amantísima en su casa

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Abril de 2014, en pleno centro de Madrid. Un reportero de este medio (bien podría ser el que esto escribe…) tiene el inmenso honor de hacer unas cuantas preguntas a los protagonistas de esa fantabíblica y ambiciosa película. Entre ellas, una altísima y guapísima . La pregunta, improvisada y algo veloz por las circunstancias, es si ha preparado mucho su papel como mujer del mítico (real o ficticio, allá cada cual con sus creencias) personaje del Antiguo Testamento. Su respuesta es fría, directa, se diría que hasta antipática.   La amantísima esposa de Noé en la película asegura, de forma algo hosca, que “todo el mundo conoce” la historia del creador del arca bíblica. , añade con desgana. El resto de reporteros presentes comentan, con desparpajo, que a la protagonista de no solo le disgustan algunas preguntas, sino también que le enfoquen demasiado las manos o los pies. Quizá porque ya no es aquella niña que se perdía con Bowie ‘dentro del laberinto’. El cine le llegó, de hecho, de casualidad a esta mujer que cumple medio siglo este sábado. solo tenía 14 años cuando trabajó para Sergio Leone en y llegó hasta esa película, hoy leyenda del cine moderno, sin pretender tener una carrera de actriz. Un amigo de la familia Connelly trabajaba en el mundo de la publicidad en los primeros 80. Fue él el que, ante la belleza de la pequeña Jen, sugirió a sus padres que la llevasen a castings. La niña empezó a trabajar como modelo infantil y, de repente, se encontraba en la superproducción de Leone, rodeada de estrellas como o . “Recuerdo lo que hice, en su mayor parte, pero no sé por qué. No tenía aspiraciones, no tenía carteles de películas en mi habitación, no era fan de las películas. Me gustaban Evel Knievel y los animales. Y me gustaba la ciencia y el inglés”, recordaba ella sobre su primera experiencia cinematográfica. Con el tiempo, llegarían ‘En el laberinto’, al lado del mencionado Bowie, y otros títulos ya imprescindibles como ‘Réquiem por un sueño’ o, por la que ganó un Oscar gracias a su interpretación de   Durante sus casi cuatro décadas de carrera, no es un secreto que Connelly ha cultivado fama de fría y distante. Quizá por eso nos ha costado menos creer muchos de sus personajes, marcados por el drama y la gelidez de su mirada. En su vida privada, el hermetismo ha formado parte de su vida desde el minuto uno. Desde 2003 comparte su vida con , con el que tiene dos hijos. Pese a que ambos son actores y famosos, es raro verles exhibiéndose a pie de alfombra roja, como sí hacen y han hecho otras parejas de Hollywood. Para entendernos, no tienen nada que ver con los Brangelinas de turno. La actriz también tiene otro hijo de su relación anterior con el fotógrafo . Aquel amor de juventud no llegó a pasar por el altar pero cuentan que colmó de felicidad a Connelly. “Si me casara, preferiría no divorciarme. Y no llegué al momento en el que sentí que era la elección”, comentaba al respecto en 2002.   Icono de estilo (no hay más que recordar sus

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